Ingredientes (para 18unidades):
- 12 yemas de huevo (L)
- 100 ml. de agua
- 200 gramos de azúcar
- piel de limón (un trocito y sin albedo)
- azúcar glass
Elaboración:
Pon el agua, la piel de limón y el azúcar en un cazo al fuego, cuece a fuego medio hasta conseguir un almíbar, debes retirarlo antes de que tome color. En un cuenco vierte las yemas, bátelas ligeramente y pásalas por un colador.
Vierte el almíbar muy lentamente sobre las yemas (recuerda por qué añadir los ingredientes calientes a los fríos) a la vez que bates con las varillas de mano, una vez bien mezclado, pasa el preparado a un cazo y cuece a fuego lento sin dejar de batir hasta que las yemas se sequen y se despeguen de las paredes.
Deja enfriar la yema cocida, puedes dejarla reposar unas horas e incluso hacer las bolas al día siguiente. El procedimiento será bien sencillo, pon azúcar glas en un plato y haz porciones de la masa de yemas que pasarás directamente al plato con el azúcar, rebózalas previamente para que no se peguen a las manos y forma las bolas, vuelve a pasar las yemas por el azúcar y ponlas en cápsulas de papel (como las trufas).
Ya tienes listas las Yemas de Ávila, guárdalas en el frigorífico hasta el momento de servirlas y recuerda no poner unas encima de otras, pues son muy delicadas y se deformarían. ¡Que las disfrutes!
Nota:
No conviene que las hagas con mucha antelación, es un producto muy delicado y además, pierde cualidades con el paso de los días. La elaboración no es complicada, así que puedes hacerlas el día anterior y sobre todo, conservarlas en el frigorífico en un recipiente bien tapado.
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